viernes, 24 de agosto de 2012


  

De las críticas a la educación tradicional a la Educación prohibida…según documental anexo (2012)

Por Luzardo Peñate M  Ph.D.

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"La Educación Prohibida", Estreno Mundial 13 de Agosto del 2012 Sitio Web Oficial: 
 
Desde mitad del siglo XX, por tomar un referente histórico nacional se ha abordo la temática  de la inoperancia del modelo de educación tradicional fundamentada en la memorización de conceptos, nombres y objetos relacionados con el conocimiento cultural, social  y científico de la humanidad. 
En la década del 70 fui protagonista de esta vivencia a través del ejercicio de la docencia cuando me uní al coro de quienes estrenábamos Licenciaturas en Educación y queríamos construir un mundo nuevo, aplicando las teorías y enfoques de los constructivistas de la época para quienes  la construcción de un nuevo conocimiento se producía, o  cuando el sujeto interactúa con el objeto del conocimiento como decía el suizo Jean Piaget(1896-19809  o más bien, cuando lo realiza en interacción con otras personas y su entorno, como lo había  plateado  el ruso Lev Vigotsky(1896-1934);  a diferencia de lo que enseñaba el estadunidense  David  Ausubel,(1918-2008) quien decía que solo se producía conocimiento real cuando este era  significativo para el sujeto, el otro caso era un conocimiento mecánico, memorístico, poco significativo. Tres mundos, tres personalidades, tres enfoques que los latinoamericanos recibimos, según la Universidad en  donde se estudiara.  
Aquí la educación tradicional no tenía cabida pero era la que se sabía hacer en el aula, las teorías pedagógicas era cuento de las universidades y de algunas facultades de educación pero no de la práctica escolar cotidiana de los maestros. La dictadura de clase, no salió y podría decirse que nunca se ha salido de las aulas y con mayor énfasis en el nivel de la educación superior. Esto sin abordar la problemática que encarnaba ser docente en las décadas del 50, 60 y aún en los años 70, por lo que veo, pero aún en esta primera década del siglo XXI, el siglo del conocimiento.   
Paralelamente surgió  la filosofía de la liberación de corte  marxista que buscaba liberar a los pueblos del modelo económico capitalista  y que necesitaba el canal de la educación para crear la gran revolución que se quería realizar, de ahí que a nivel de pedagogía surgió Paulo Freire, con sus famosas obras, (en Colombia la policía las decomisó como subversivas)  Pedagogía del Oprimido y Educación para la Libertad. (Nadie educa a nadie, nadie se educa sólo, nos educamos en comunidad; los estudiantes son concebidos como canecas que  hay que llenar de conceptos acríticos y sin sentido para su vida). Con una educación tradicional no se podía hablar de cambios, se necesitaba una educación liberadora y eso era lo que planteaba Freire, por fortuna en su país no prosperó y hoy Brasil es una de las economías más  grande de Latinoamérica y Cuba, la dictadura más oprobiosa de este Continente, cuando el poder encegueció a los hermanitos Castros. La liberación que necesitamos es de todas las ataduras, oprobios e injusticias, procedan de la derecha o de la izquierda, de los verdes, amarillos, rojos o azules          
 En la década de los ochenta llegó al país el enfoque de la tecnología educativa basado en el modelo  conductista del psicólogo americano B. F. Skinner (1904-1990) y las taxonomías de los tipos de objetivos de  Benjamín Bloom y Robert Gagné para que los docentes orientaran el aprendizaje  de una manera más eficaz y medible a través de la formulación adecuada de objetivos cognitivos, conductuales, socio-afectivos, entre otros.
Sin embargo, el modelo TLT, (tiza lengua y tablero) era el rey en las aulas; se realizaron muchos esfuerzos para capacitar a los docentes en la formulación correcta de objetivos y en la producción de material didáctico con este enfoque pero nada que mejoraba la educación, las tasas de deserción eran altas, el número de reprobados al fin de año, era altísimo.
Una vez fue aprobada la Nueva Constitución del 91, se generó un gran movimiento  a favor de la educación pública y su mejoramiento para acabar con la bendita educación tradicional, memorista, obsoleta, acrítica se decía,  por efecto de la formulación de objetivos educativos que no permitían el desarrollo de la creatividad ni del maestro ni del estudiante, todo estaba pre-escrito en el currículo académico oficial. 
Este gran movimiento arrojó como resultados la aprobación de la Ley General de Educación y sus decretos reglamentarios en 1994. Se convocó la famosa comisión de los sabios, quienes entregaron el análisis y la propuesta más ambiciosa  para cambiar el modelo económico, cultural, educativo y científico del país para alcanzar los niveles de desarrollo deseables para la época y hasta hoy, solo sabemos del famoso resumen presentado en el libro Al filo de la oportunidad, que las nuevas generaciones de maestros, a lo mejor no han leído. (G.G Márquez fue uno de los miembros de esta comisión)
Comenzó la era de los PEI ( proyectos educativos institucionales) algo novedoso, participativo, abierto y posibilitador en materia de construcción curricular;  flexibilizó la evaluación y promoción de los estudiantes, aquí comenzó un karma, que nunca fue entendido o no quiso ser entendido por los docentes, el decreto 1860/94, estableció un meta de ganadores, es decir, los esfuerzos pedagógicos, de las familias, de los estudiantes, de todos los miembros de la comunidad estaban encaminados para que los estudiantes no fracasaran en los estudios sino que alcanzaran al menos los logros mínimos. 
Se cambió de enfoque y de concepto frente al de objetivos que había hecho carrera casi por una década. Ahora eran logros por alcanzar. Pues bien, se podía  perder  un logro de matemática, otros, de Religión;  otros tantos de Educación Física, por allá uno de Sociales, y no se perdía el año escolar; además el decreto establecía como parámetro de reprobación máximo el 5% .  Por supuesto las estadísticas para el DANE de reprobación bajaron significativamente. Pero se inició la era de la deuda de los logros upaquizados hasta en 10 materias y ninguno perdía o reprobaba el curso. Es decir se llegó al otro extremo. Además, se presentó el caso de alumnos bachilleres graduados con cinco o más materias perdidas,  pero que se graduaron por ley del arrastre del famoso decreto 1860/94 y otros decretos reglamentarios que distintos gobiernos promulgaron en el afán de ajustar esta situación, anómala para los docentes, facilista para los estudiantes y catastrófica para la sociedad.             
El inicio de la primera década del siglo XXI nos cogió en este dilema, la educación continuaba siendo tradicional, repetitiva, no respondía al nuevo modelo económico neoliberal del mundo y del país y surgió el  más nefasto programa de gobierno, conocido como Revolución educativa, fundamentado en el concepto empresarial del modelo de competencias. De un plumón se pasó a hablar de las competencias, en lugar de los logros, de currículo por competencias, de competencias ciudadanas, de competencias lúdicas, cognitivas, competencias pedagógicas, y toda la gama de posibilidades ligadas con la acción de enseñar y aprender, como acciones propias de la educación de los niños y jóvenes. Se enfatizó que lo privado era de mejor desempeño y por tanto de mejor calidad educativa.  Volvió la escuela a ser considerada en los discursos políticos como escuelas tradicionales y ahora acompañadas de otros apelativo, fruto de la era tecnológica actual, de baja calidad.
En consecuencia, no solo hay que acabar nuevamente con la educación tradicional sino que mejorar la calidad de educación.
En este contexto surge la Película la Educación estrenada el pasado 13 de agosto del presente año que me llenó de ilusiones y de un doble sentimiento, uno muy positivo, y es como los medios audiovisuales y tecnológicos permiten hacer estas maravillas de interacción con tan diferentes docentes en  esta aldea global y que nos pone en consonancia unos con otros.
Al ver las canas de algunos de estos colegas, se me vino a la memoria, que igual, ellos tuvieron que haber iniciado esta predica en las mismas calendas cuando la  realizaba  con entusiasmo, hace 40 años atrás y por supuesto como  lo continúo proponiendo actualmente pero con un sentido mucho mas autocritico. Creo que aún no se ha superado la dicotomía, entre la teoría romántica del decir, y la practica real del hacer del maestro en el aula. 
La revolución educativa pasada, consideró que la calidad de la educación que dicen buscar no se puede realizar con docentes de carrera, sino con aquellos que teniendo cualquier título quieran transmitir sus conocimientos a los estudiantes.  Entonces, quien fue primero el huevo o la gallina, la educación tradicional, o la educación prohibida, hace más de un siglo, sigue ahí vivita y coleando; amigos, este es mi segundo sentimiento encontrado cuando vi con alegría  esta película que les menciono
Postdata  Está comprobado que los Senadores y Representantes en Colombia no leen, es decir no tienen el hábito de la lectura, en consecuencia parece que en su mayoría son analfabetas funcionales, además de todas las demás cosas que la sociedad, en general, piensa de ellos. Pero parece que los Ministros actuales renunciantes, tan poco les gusta leer, son firmones…Qué horror de redacción de carta de renuncia o sería que no querían renunciar?     Cierto que ustedes si leen?. 
Con el cariño de siempre
Luzardo Peñate Montes