miércoles, 6 de julio de 2022

         “ALEA JACTA EST”.  La suerte está echada.

              dijo Julio César al cruzar el bravo rio Rubicón, dice el relato histórico.

Final de la campaña política por la presidencia de la República, más atípica y manipulada por los medios, de los últimos años.

Elaborado por Luzardo Peñate Montes

Respetados ciudadanos colombianos, me dirijo a ustedes, sin ningún distingo de raza, de religión, de estatus económico, de condición sexual que lo identifique, ideología política que profese o cualquier otro elemento que pueda afectar la condición ciudadana y el respeto por la dignidad de cada uno de los coterráneos que vivimos en este país maravilloso o fuera de sus fronteras, llamado Colombia. 

            Colombia ha vivido desde sus más remotos tiempos de invasión y de colonización, de lucha por la independencia y la consolidación de la República, épocas de cruda violencia, o de diferentes tipos de violencias, porque no ha sido la violencia política la única, pero si la constante y el eje transversal de la historia del país.

                Al llegar al momento actual, es necesario entender las disputas, desde los inicios de la República,  entre conservadores y liberales en busca del poder político y económico, soportados estos, en el dominio y la tenencia de la tierra como propiedad familiar; en el momento actual, no es mucha la diferencia entre la llamada, izquierda de hoy ( los antiguos liberales)  y la derecha, (  los  conservadores de ayer) disputándose la visión de sociedad, de patria, de derechos,  de democracia, que con el transcurrir del tiempo terminó en el poder,  en manos de los mismos con las mismas.

¿En qué se diferencian un César Gaviria, de un Uribe y éstos que tienen origen liberal, de un Andrés Pastrana? Todos expresidentes, dueños y señores de partidos o movimientos políticos propios, financiados con dineros del Estado, dineros que son patrimonio de todos los colombianos pero que en la practica solo sirven para proteger los intereses particulares y familiares de cada uno de ellos. Hasta se han aliado para elegir presidente, como fue el caso de señor Iván Duque Márquez, quien fue elegido, sólo para preservar el ejercicio y los beneficios que da el poder a la clase política y sus aliados.

   La alternativa tenía que ser de cambio, de renovación, como es la esencia de toda democracia, sobre todo por la condición histórica dada, el país viene orientado durante los últimos cinco periodos presidenciales por las directrices del llamado “uribismo”, y que se reconoce como partido de ultraderecha.

 En este marco, después de las disputas internas de los diferentes movimientos y partidos políticos, en la cual, ninguno de los partidos tradicionales presentó candidato propio, lo cual podría ser la primera gran derrota de los directores del liberalismo y del conservatismo, aunque éste último, hace más de 20 años no presenta candidato pero que sobre vive con la burocracia que le deja su condición de partido lentejo, de la democracia colombiana.

Surge una nueva  alternativa, bajo la estrategia política, de crear un  Pacto Histórico que reuniera todos los movimientos y lideres de pensamiento liberal de izquierda, en una sólida estructura de ideas, de propuestas,  orientadas por el pensamiento progresista que ofreciera una salida al problema estructural de pobreza de un amplia población, de  equidad de oportunidades, de educación, de salud, de trabajo digno, de combatir la corrupción estatal, la cual ha sido la base para mantenerse en el poder.

Este movimiento lo lideró Gustavo Petro Urrego y a él se unieron diferentes líderes, entre ellos Francia Márquez, quien finalmente se ganó la candidatura a la vicepresidencia y salieron victoriosos en la primera vuelta con una aprobación de 8 millones 500 mil votos de colombianos que vemos en la propuesta del pacto histórico, una salida razonada frente a los grandes y graves problemas por resolver en el país, sin ninguna aventura de socialismo trasnochado sino desde una perspectiva progresista, con la cual hasta el Papa Francisco comulga.     

En el lado opuesto, quizá por efecto de un voto castigo, salió victorioso, el candidato atípico, Rodolfo Hernández, empresario exitoso y acaudalado, cuyo lema ha sido un ataque fuerte a la clase política tradicional, a la cual ha llamado “ladrona”, corrompida, además ha hecho gala de un lenguaje directo, populachero, según el sentir de muchos, propio de la región santandereana de donde es nativo. Ha sido la campaña ganadora a la cual se anexaron diferentes lideres y movimientos de derecha, entre ellos, el uribismo que terminó derrotado con su candidato, Federico Gutiérrez Zuluaga.

El candidato del Pacto Histórico lleva más de 30 años, estudiando la realidad económica y social del pueblo colombiano y los intríngulis del Estado, desde concejal, personero, senador, alcalde de Bogotá, muy criticado y saboteada su administración por un grupo de empresarios de la basura, con el apoyo del procurador Alejandro Ordoñez, la prensa privada, y amigos del uribismo, su principal contradictor. Hoy Bogotá respondió con una alta votación, lo cual contradice la prensa negativa y las redes sociales alimentadas en las bodeguitas, creadas para tal fin.

   El candidato contradictor, ingeniero Rodolfo Hernández, además de rico empresario y un enemigo acérrimo de la clase política, se deduce por “los madrazos e hijuputazos”, como forma para dirigirse a ellos y ninguno le ha respondido, reconoce que es un ignorante de los temas de Estado, se considera un gran ejecutor pragmático y de decisión única por voluntad y autoridad propia. En un Estado democrático, con división de poderes, esa visión de ejercicio del poder presidencial no solo es un fracaso y un verdadero salto al vacío sino en un exabrupto en un mundo civilizado y global, en el cual los presidentes son la imagen pública no sólo del Estado sino de la nación colombiana. De sus improperios no se ha salvado ni la virgen María, con sus vecindarias, de hijas de la gran madre.

Al candidato del Pacto histórico lo tildan los medios de prensa, comenzando por Caracol, tv y radio, RCN, Semana, blue radio, El Tiempo, entre los principales órganos periodísticos privados, de exguerrillero y no dicen que fue amnistiado y con su movimiento participaron en la construcción de la nueva carta política de Colombia de 1991.    ¿Qué fue un mal administrador?, es la crítica que más circula en las redes, pero nadie ve que el alcalde que recuperó el hospital San Juan de Dios y lo entregó como hospital universitario de la Universidad Nacional, el primer centro universitario y de investigación del país con reconocimiento internacional. 

Conclusión, sin menospreciar el deseo de cambiar y atacar la corrupción de la clase política que es lo único que sabe expresar con claridad el candidato Hernández, no ha aceptado debate de ideas sobre asuntos de economía y del Estado porque no las tiene,  y el peor escenario es que los medios de prensa son los que han asumido ese papel, desde la formulación de  “preguntas estúpidas” como el ingeniero las  llamó, hasta las más perversas y mal intencionadas con fines de desprestigiar al candidato como lo ha realizado, la periodista Dávila, en la Revista Semana al servicio de los intereses de sus  dueños y en contra del candidato del Pacto Histórico.  

Prefiero a un exguerrillero ilustrado y conocedor de la realidad del país y con vocación de servicio para transformar las condiciones de pobreza de una sociedad que un hábil empresario, capaz de generar muchas ganancias para beneficio particular pero que no tiene el más mínimo conocimiento de las funciones sociales del Estado.

La invitación es salir a votar en democracia, sin prejuicios, convencidos que el personaje elegido o la opción del voto en blanco es lo que mejor le conviene al país.  Alea jacta est.   

                                                                     Ciudadano Colombiano                                   

martes, 17 de febrero de 2015

LA PROPUESTA DEL EXPRESIDENTE GAVIRIA Y LA SOCIEDAD CIVIL

Por Luzardo Peñate Montes  Ph.D
La polarización del país es evidente frente al tema de la negociación que se adelanta en la Habana. Lo importante es que el presidente como cabeza de este proceso abra mesas regionales con representantes de la sociedad civil para que se  expongan no los resentimientos que ya se conocen sino las propuestas y soluciones que permitan  convocar a un GRAN ACUERDO POR LA PACIFICACIÓN  DEL  PAÍS.

La propuesta del exGaviria sería como una puerta abierta para se comience a pensar en la convocatoria de una GRAN CONSTITUYENTE, no de carácter  político, como ya lo han planteado las tradicionales cabezas de los partidos políticos   ( deberá quedar asegurada en la convocatoria la  representación de los campesinos, estudiantes, docentes, empresarios, banqueros, sindicalistas, representantes de las iglesias, de los militares, indígenas, de los desplazados, comunidades GLTB, de los amnistiados, negritudes y todo aquellos que representen a un grupo significativo de la población civil del país, igualmente de  políticos de cada movimiento o partido con representación legal)    para que se adelanten las  reformas constitucionales necesarias para construir el nuevo país y se defina las normas que viabilicen la aplicación de la justicia transicional que cobije a los delitos de estos casos específicos, reforma que no sacrifique la confesión de  la  verdad,  pedirle  perdón a la sociedad y  se reparare realmente a las víctimas con indemnizaciones pagadas del propio pecunio del implicado.

De igual manera, la justicia debe condenar los actos punibles y establecer penas alternativas  para los incursos en delitos de lesa humanidad que se pagarán no necesariamente en cárceles. No habría cupos ni presupuesto para  llevar  tanta  gente a las cárceles. Serían penas que se castigue con inhabilidades para ejercer cargos públicos para aspirar a cargos de elección popular, pérdida de investiduras, destituciones simbólicas pero con repercusiones pecuniarias. Es decir, hay que buscar castigos reales para los que han cometido delitos de lesa humanidad  y que la  sociedad sienta que la justicia no es para los de ruana. Los amnistiados deberán considerar que quienes delinquieron fueron  ellos y  la víctima es la sociedad y el cumplimiento de sus penas podría estar orientado a lo que no saben hacer, construir cultura de paz sin armas.     


Aquí se ha cometido todo tipo de delitos en nombre del pueblo, sin que nadie se los pidiera, los de derecha, de izquierda, azules, verdes, amarillos, rojos, naranja y cuantos colores simbolizan a  una de  la más corrupta clase política de América Latina. La sociedad civil tiene que asumir su papel y liderazgo en estos momentos, no son los políticos los llamados a dar directrices. Es la sociedad civil la que tiene que exigirles a quienes han traspasado los límites penales  nacionales y de la justicia internacional en esta cruenta guerra fratricida para que contribuyan con la pacificación del país pero que a su vez reciban la protección y seguridad en este paso a la vida civil. No hay que cerrar ninguna puerta y menos botar la llave del candado. La paz es un bien superior de la sociedad por encima de los intereses particulares o de un grupo en particular que ven en la guerra un soporte de su ideario político.  

miércoles, 11 de febrero de 2015

DEMOCRACIA Y POSTCONFLICTO EN COLOMBIA
Por Luzardo Peñate Montes  Ph.D
            Son dos conceptos dignos de análisis en estos momentos de transición en nuestro país. En cuanto al primero, basados en la tradición electoral, la Organización de Estados Americanos y Naciones Unidades, entre otras, consideran que Colombia  es una de las democracias más antigua de América Latina.
            Sin embargo, si este hecho se observa  desde otras perspectivas se encuentra que el profesor inglés James Robinson en reciente estudio sobre la ineficacia del Estado colombiano  (‘Cómo promover la equidad en Colombia’, XXVI Congreso de ASOCAJAS, octubre del 2014) afirmó que “el problema número 1, que impide la aplicación efectiva de políticas que contribuyan a mejorar la equidad, es la baja calidad de la democracia”.  
            En mi sentir, esta es una forma eufemística para decir que tenemos una democracia restringida, en la cual los únicos beneficiarios han sido los  miembros de la clase política, quienes terminaron representándose a sí mismos y defendiendo los intereses económicos familiares. Hoy existe, dispersa por todo el país, la más enmarañada relación de familias-políticas (dedicadas a vivir del negocio de la política)   cuyo peso se siente en las regiones, a través de las curules en el Congreso, gobernaciones, alcaldías, cargos ministeriales, en las embajadas, en las altas Cortes, en las direcciones de agencias de gobierno que manejen presupuesto, en todo aquello que tenga que ver con contratación oficial. Eso es lo que se intuye,  denomina  el profesor Robinson, baja calidad de la democracia.    
            Pero hay otra variable que poco se le ha prestado atención porque  la democracia se ha relacionado con el proceso electoral,  cuyo fin ha sido sacar adelante la  propuesta familiar que encarna la elección de un candidato, de ahí que se haya generalizado la más desvergonzada compra de votos con una, muy disimulada connivencia de las autoridades          
            Con lo anterior se demuestra que no solo se tiene una democracia de baja calidad, sino una democracia basada en  el poder de minorías. Contrario a lo que debería ser que una democracia represente a las  mayorías pero que respete los derechos de las minorías. Durante el siglo XX, especialmente, del año 50 para acá, las estadísticas indican que entre un  51 y  un 53 % en promedio de la población colombiana apta para votar  no ha participado en los procesos electorales  y esta cifra, única en América Latina, nunca se ha tenido en cuenta para señalar la ilegitimidad de una elección o representación. Es decir para la democracia colombiana, más de medio país habilitado  para elegir y que no ejerce su derecho-deber de votar,  no ha significado nada. Y aún más, ni siquiera la corrupción ha podido mover a este electorado y para el Consejo electoral tampoco ha tenido otra connotación más allá  que aumentó o disminuyó la abstención en sus justas proporciones.
            Los grupos guerrilleros buscaron romper esta realidad con  las armas, los grupos de izquierda desde la comodidad de las curules en algunos casos y no lo lograron hasta el momento,  según se estila con el proceso de pacificación que se viene negociando en la Habana.
            La pregunta del millón es,  los envejecidos jefes guerrilleros  ¿van firmar un acuerdo de paz para que la democracia colombiana siga siendo igual o peor, en materia de participación política, seguridad, equidad en oportunidades laborales, educativas, de atención en salud, de servicios públicos básicos?.
            Al parecer se necesita un nuevo pacto nacional para construir la real democracia participativa que no hemos tenido y que obligaría a crear una nueva oposición que desde ya encarnaría el Centro Democrático del senador Uribe pero con unas nuevas reglas de participación democrática y un estatuto de la oposición.
            Lo anterior exige adelantar la reforma política más  audaz que país alguno haya realizado  en materia de garantizar la representación y participación de todas las regiones, grupos sociales, académicos, sindicales, entre otros, sin que aumente la burocracia del congreso y que este cuerpo colegiado no sea cooptado por las familias  politiqueras regionales. Es decir, el nuevo Congreso debe ser un congreso de los colombianos para el servicio de la sociedad y no un congreso de los políticos para el servicio de sus familias e intereses económicos. Esta sería la nueva democracia del siglo XXI.       
            Se necesita  reformar los órganos de control, quitándole su naturaleza  política para que sean organismos independientes al estilo del Banco de la República con reglas claras de funciones y límites;  por supuesto se debe emprender de manera muy participativa  la total y profunda reforma de la justicia con el apoyo de la academia y la asesoría de organismos internacionales para despolitizarla y para  que cumpla su tarea con rigor e independencia y la prontitud que la sociedad le demanda.
            La reforma de la salud y de la educación, igual que la de la justicia mencionada anteriormente, son tareas pendientes del gobierno Santos I, que hoy debe asumir el Presidente con eficiencia y liderazgo del equipo de gobierno.   
            La nueva democracia a la que le debe apuntar el país, desde ya debe comenzar con lo que se llamaría la Colombia del postconflicto que no puede ser sólo,  un estado emocional, ni lemas publicitarios, ni inclusiones de toda naturaleza o continuar con las exclusiones que han dado origen a este largo proceso de violencia fratricida del siglo pasado.
            La etapa del postconflicto es el momento de la participación, la de la ejecución de los programas y proyectos que atienden a logra una  calidad de vida digna de todos los colombianos, no es la de reducir estadísticamente niveles de miseria y pobreza, es la de hacer presencia del Estado en  donde nunca estuvo ejercer  el poder democrático  y representar la autoridad legítimamente constituida con la prestación de los servicios que le ordena la Constitución.   
            El postconflicto no puede ser una meta de este gobierno, debe obedecer a políticas de Estado que este gobierno debe dejar tramitadas con un congreso renovado para esta nueva realidad. Se necesita un gran líder con vocación, capacidad y voluntad para darse la pela en bien del país o si no estaremos ad portas de un catastrófico fracaso institucional de consecuencias impredecibles.    
            En este marco surge y tiene sentido no la propuesta de la FARC de realizar una constituyente  sino la necesidad institucional de convocar, dentro de la normatividad actual vigente, una GRAN CONSTITUYENTE en cuya conformación se garantice la más amplia participación de todos los estamentos y organizaciones cívicas, religiosas, militares,( se demostró que tienen mucho que decir y proponer) por encima de la sola representaciones de partidos políticos y que permita no solo refrendar  los acuerdos de la Habana si no ofrecer las vías constitucionales y jurídicas para materializarlos.
            Hay que pensar en una nueva Colombia de los colombianos para los colombianos  que  sería algo inédito en el país y una gran señal de que al fin tenemos democracia participativa incluyente y un Estado social de derechos, como dice la Constitución Política.                        

domingo, 8 de febrero de 2015

NUEVA REALIDAD DEMOCRATICA EN COLOMBIA CON NUEVOS ACTORES EN LA OPOSICIÓN
Por Luzardo Peñate Montes Ph.D.
                Las pasadas elecciones presidenciales en la segunda vuelta fueron un hecho inédito en la historia política del país y a lo mejor, un ejemplo para otras naciones en el futuro y que vivan circunstancias parecidas a las que motivaron el nuevo escenario de democracia, al cual me quiero referir.         Colombia se precia ser la democracia más antigua de América Latina, lo cual en parte es válido si entendemos por democracia la posibilidad de  realizar procesos electorales libres para elegir los gobernantes pero no es real, si analizamos hoy día, que una  democracia participativa y deliberante, como se estila en el mundo global actual, debe ir más allá de esta práctica cívica,  la cual por sí sola, no indica que se tenga un gobierno  democrático.  Las democracias de referendos que se han inventado los políticos mesiánicos de izquierda y derecha demuestran lo contrario.
            ¿Qué sucedió en el  país, con la reelección del presidente Santos? (el famoso Juanpa del video más comentado en la redes y sin costo publicitario) El candidato-presidente tenía el sol a las espaldas con un desgaste de gobernante poco exitoso en muchos de los programas banderas y de sus famosas locomotoras, algunas de las cuales se percibía estaban en el papel y en las buenas intenciones.
            En términos pedagógicos, era el estudiante que había reprobado cinco materias: reforma de la justicia, de la educación, de la salud, de apoyo al campo y al campesino minoritario, (no a sus antiguos patrocinadores cafeteros con los cuales fue mangui-ancho cuando le hicieron paro) y especialmente lo relacionado con  seguridad ciudadana. Por supuesto, no todo era malo, tenía buena nota en el manejo económico, construcción de viviendas sociales, construcción de infraestructura vial de 4ª generación, disminución del desempleo informal, pero sobre todo se la había jugado por consolidar una de las materias más sensibles de la sociedad  colombiana, desactivar el conflicto armado con la guerrilla más antigua y anacrónica del mundo, llevan más de 60 años “guerrillerando” pero   por el mismo desgaste histórico se convirtieron en   narco guerrilla, como ellos mismos lo reconocieron al incluir en la agenda de la Habana, un capítulo especial de conversaciones sobre este tema.
            Pero este tema no era nuevo, en los últimos cincuenta años no ha habido presidente que no haya combatido a la FARC y al ELN o tratado de dialogar con ellos con mira a encontrar una solución dialogada. El intento del Presidente Pastrana  fue el fracaso más estruendoso, denigrante y frustrante   para   la sociedad colombiana. El interés era más del gobierno que de los actores violentos, ellos querían  solo el  poder.      

            Qué sucedió con la polarización de esta campaña que fue inducida para que se presentara como una disyuntiva entre una propuesta de paz, a partir de los diálogos de la Habana y una oposición para que no continuara dichos diálogos y cambiara las reglas del juego. Pero de tras de esto estaba una visión y forma de entender el fin del conflicto con métodos distintos. De nuevo Uribe fue  el eje de esta disyuntiva.                       

martes, 29 de julio de 2014

                                                         FUNDACIÓN  MI LINDO SAMPUES

RECORDANDO A GABO EN LOS PRIMEROS 100 DÍAS DE  
SU PARTIDA ETERNA

                                                         FUNDACIÓN  MI LINDO SAMPUES
Personería Jurídica en trámite
EDITORIAL
DIA DEL IDIOMA,  DE LAS LENGUAS NATIVAS Y DE LAS COMUNICACIONES
            Nos reunimos el día 23 de abril del presente año en un acto académico público con todas las Instituciones educativas de Sampués para celebrar el DÍA DEL IDIOMA extensivo a las lenguas nativas oficiales en el país pero coincidencialmente era  impensable realizarlo sin hacer mención de la noticia luctuosa del jueves santo pasado, día en el cual falleció en “olor de santidad literaria”, nuestro premio nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, igual que su personaje alegórico,  Úrsula Iguarán, para que se cumpliera el presagio guajiro que él mismo había creado.
            Representantes  del mundo de las letras, de la política y de diferentes formas de pensar del país y de las más lejanas regiones han exaltando el valor universal de la obra garciamarquiana, en especial su novela  cumbre “Cien años de soledad”, equiparada, como El Quijote de América Latina.
            Nosotros como comunidad educativa sampuesana, no podíamos ser ajenos a este sentir y más cuando llegan noticias del diario El Cielo.com que en primera página tituló: “Bienvenido al paraíso de la eternidad Gabito de Colombia”, tus paisanos, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta, el viejo, Leandro Díaz,  Juancho Rois y Diomedes Díaz, entre otros, te  agasajan con una gran parranda vallenata cantando el vallenato de trescientas cincuenta páginas, como el mismo definió que era su magna obra narrativa, “Cien años de soledad” para  que toda la Corte Celestial disfrute la llegada del Rey del nuevo Macondo del Paraíso y  con lo cual se confirma que “Macondo no es un lugar del mudo, es un estado del ánimo” (GGM, palabras célebres, El Tiempo, 18-04-14) y que además, nuestro Nobel seguirá en la memoria de muchas generaciones y ocupará así, uno de los puestos privilegiados, de los que nacieron para ser mortales humanos pero inmortales por sus obras.
            Al mejor estilo macondiano, manifestamos nuestro sentir, no pidiendo un minuto de silencio como se estila comúnmente, sino que se realizó una gran bulla con pitos y sonidos que indicó lo alegre y orgullosos que nos sentimos los colombianos por haber tenido un coterráneo con saber caribe, que supo representarnos con los más altos honores en los más diferentes escenarios del mundo de las letras, del periodismo, de las artes escénicas, del cine, entre otros,  independientemente  de su posición ideológica, que era el mínimo derecho que tenía, como hombre libre, en un país democrático como Colombia.
            La Colombia que él siempre tuvo en su corazón  que la sentía como “una patria oprimida que en medio de tantos infortunios ha aprendido a ser feliz sin la felicidad, y aun en contra de ella”. …. Decía igualmente, creo que “Colombia está aprendiendo a sobrevivir con una fe indestructible cuyo mérito mayor es el de ser más fructífera cuanto más adversa.” (Mensaje para la celebración de  los 200 años de la U. de Antioquia). Pensar que no tenía en su mente a su caribe del alma, a su Colombia martirizada por el yugo de la politiquería (léase corrupción)  solo cabe en la expresión de personas poco inteligentes o en mentes estrechas, incapaces de ver lo que el mundo entero vio o leyó  en sus diferentes escritos acerca del país de sus sueños.   
                                    ¡Que suenen los pitos! y  honden los pañuelos blancos en la tierra del Compae Menejo, otro personaje del imaginario poético  pero de nuestro Macondo local…así fue nuestra expresión de acompañamiento.    
            Igualmente en este mismo  acto académico con toda la comunidad educativa   sampuesana reunida,   nuestra Fundación MI LINDO SAMPUES, en cumplimiento de uno de sus objetivos y con el beneplácito y acompañamiento de las autoridades educativas del municipio, lanzó oficialmente uno de sus proyectos  banderas, el cual hemos denominado  EL o LA MENEJO-A LITERARIO o A.   
            Con esta metáfora se buscó resignificar el  sentido original del “Menejo”, entendido  como el campesino iletrado o del corroncho, de  nuestra cultura popular caribeña, por el del hombre sencillo de nuestros campos y pueblos que decide aprender a leer y escribir.  Hoy día, es  considerado como un factor de desigualdad, de exclusión  y de retraso en el  siglo XXI  no saber manejar el lenguaje  de la informática y de las modernas tecnologías de las comunicaciones, mucho más distantes están los iletrados y todos aquellos que aun siendo alfabetos, engrosan las estadísticas de los analfabetos funcionales porque perdieron el hábito de la lectura, considerada como el alimento del espíritu, de desarrollo y recreación  de las inteligencias.
            Hemos construido un decálogo de principios que reta  a las personas y a las comunidades para  desarrollar  el hábito de la lectura y a través de este medio, puedan ser capaces de organizarse como comunidades educadoras y educandos y de esta forma transformar sus propios entornos; disfrutar de las riquezas de la cultura, de los saberes de los antepasados y del conocimiento científico pero lo más importante  es  que las lecturas los ayuden a aprender   a vivir en paz, a respetar su cuerpo, convivir en familia, proteger la naturaleza que le ha dado mucho y poco recibe de los humanos, como enseñan las tradiciones de nuestros aborígenes.  (Ver Decálogo los pueblos que leen, al final de esta edición.)     
            Se ha tomado  como pretexto la celebración del día del idioma, el de la lengua española  que comparte honores con las distintas lenguas y dialectos existentes en nuestro país, como lenguas oficiales. (Art 10 CPC/91). La riqueza lingüística, semántica, literaria, teatral, la inspiración poética, la cuentística, los copleros, cantores de vaquería, el ensayo y todas aquellas expresiones que nos permiten conocer en nuestra lengua, los modos de pensar y de expresarse de nuestras comunidades, eso se  quiso resaltar en esa  fiesta que nos congregó. Era  la fiesta de la comunicación y del reto por leer en la escuela, en familia y que la lectura no sea el acto más aburrido de nuestra vida sino que lo disfrutemos  y lo degustemos como el  mejor plato  de “mote de queso y dulce de ñame, de semana santa” en Mi Lindo Sampués.         
                        Adelante, niños, jóvenes, educadores,
 padres de familia, autoridades municipales, líderes comunales, ciudadanos y ciudadanas, el reto es aprender a disfrutar la lectura para llegar a ser,  el primer municipio lector de Sucre, acompañados por nuestro Menejo Literario.     
           

LA REINCIDENCIA (sic) DEL PRESIDENTE SANTO en el decir del columnista  Andrés Hurtado García.
Por Luzardo Peñate Montes. PhD
Como ha sido su inveterada costumbre al escribir la columna semanal en El Tiempo, el hermano marista  Andrés Hurtado García  en un lenguaje finamente sarcástico, pero respetuoso de la dignidad presidencial, analiza, lo que denomina, reincidencia(sic) del Presidente Santo y lo felicita  por ser “un perfecto animal  político”(El Tiempo, 22-07-14, p.14) que fue capaz de derrotar en segunda vuelta, después de haber perdido la primera, en una de las más agresivas campañas de los últimos tiempos,  dada  las  dos posiciones extremas que  encarnaban por un lado el Uribismo, con el candidato del Centro Democrático, la extrema izquierda, en cabeza del senador Jorge Robledo, que tiene más de robledismo que de masa popular, como si lo demostró el primero y la posición del candidato-presidente Santos.   
                Coincido que llegar victorioso con los apoyos que logró concitar en la segunda vuelta lo hace merecedor de ese  fastuoso título que utilizó el mencionado columnista Hurtado. No  comparto que sea acertado llamar “reincidencia” la reelección del Presidente Santo, dado que el verbo reincidir significa,  repetir, pero la DRAE, lo define como “Volver a caer o incurrir en un error, falta o delito”, es decir, repetir pero el error, en este caso reincidiría el pueblo colombiano en volver a elegir contra todos los pronósticos, al presidente Santos, de ahí que el electorado reincidió al elegir, al menos malo, después de “la asquerosa manipulación” (Ver Juan Gossaín)  que la prensa y las encuestadoras realizaron con la información relacionada con los otros candidatos.  
             El verdadero dictamen democrático lo ha expresado el electorado abstencionista que durante por lo menos, los últimos cincuenta años, en un más del 50 % ha rechazado  a toda la clase política que con símbolos de azules, rojos, verdes, amarillos, blancos;  remoquetes ideológicos de derecha, izquierda, centros, guerrilleros y toda la gama de simbologías con las cuales  han querido representar al país nacional, sin lograrlo. Se ha tenido una democracia de minorías encarnadas en una clase política incrustada en los círculos de poder, la cual se ha perpetuado en el mismo,  a través de dinastías familiares que se han tomado el Congreso, el poder judicial y el poder ejecutivo para repartirse la torta burocrática y nada menos que los beneficios del presupuesto nacional.   
                Por supuesto, que para la reelección del Presidente Santo y no su reincidencia jugó como factor importante la propuesta salvadora que unificó criterios de adhesión: la negociación con los grupos al margen del establecimiento y de la ley, en todos los sentidos, para abrir caminos que conduzcan a la convivencia pacífica entre los colombianos, como viene dándose con la FARC y posiblemente con los ELENOS.
                Nunca se había dado lo que en otros momentos se consideraba lo impensable, casi toda la izquierda con los progresistas de Gustavo Petro, los verdes con  Antonio Navarro Wolf y Claudia López;  parte del Polo con Clara López e Iván Cepeda,  Marcha Patriótica con  Piedad Córdoba, la UP con Aida Avella, Mockus, alianza indígena, liberales y conservadores santistas, cambio radical, los de la U de Santos, los hay también uribistas, en fin, la lista de los notables fue larga, este logro solo lo puede realizar un “perfecto animal político”, como dice Andrés  Hurtado.
                El reto consiste ahora en que Santos no reincida en pagar todos los favores recibidos a costa de los intereses nacionales, los cuales los colombianos esperan ver si no resueltos, al menos en  vías de solución como son: una profunda reforma política para abrir las puertas de la participación a más de la mitad de colombianos que engrosan las estadísticas de la abstención, a convencer con reformas reales a la otra mitad que votó por la opción de guerra frontal contra la FARC, aunque ochos años de gobierno urbista no lo hubiese logrado en el pasado. Todos los cambios que se esperan en materia de educación, justicia, salud, empleo, órganos de control,  minería, cambio climático y reservas de agua potable, fallidos casi todos en la administración Santos I, pareciera que para un momento de postconflicto como el que se avecina, fueran inalcanzables, si Santos II no rompe con el modelo plutocrático que aplicó en la administración pasada.   

                Como la mayoría relativa de un 50% del electorado participante decidió reelegir a Santos, nos unimos al gran deseo de Andrés Hurtado, quien advierte que esperamos desde un comienzo que el electorado no empiece a reconocer que reincidió en su error al elegir al Juanpa, y así de paso terminaría siendo no “el perfecto animal político de hoy” sino lo contrario para deshonra de él y de la clase política que representa.            

viernes, 18 de julio de 2014


EL COSTO-BENEFICIO DE LA PRUEBA PISA EN COLOMBIA.

Por Luzardo Penate Montes  PhD

Tiros y Troyanos han escrito y analizado los resultados de la prueba PISA, del año 2012 que presentaron 9 mil estudiantes colombianos, ubicados en el rango entre  los 15 a 16 años, sin importar el grado que estuvieran cursando  en instituciones de los sectores, privado u  oficial, del sistema educativo colombiano.    

                Todos los analistas, en su mayoría periodistas apoyados en conceptos de algunos expertos, han cuestionado duramente que de 18 países, que participaron en esta prueba, Colombia, ocupó el deshonroso último lugar pero sólo, para la Ministra de Educación, María Fernanda Campo y la exdirectora del ICFES, Margarita Peña, cuanto se publicaron los primeros resultados relacionados con el uso creativo del conocimiento y la comprensión matemática, no se extrañaron de nada y consideraron que era previsible que sucediera así, dado que en nuestras escuelas y colegios no se imparte enseñanza sobre educación financiera ni el enfoque del currículo apunta al uso y aplicación inteligente del conocimiento sino al manejo erudito de la información. En consecuencia, más bien, podríamos considerar muy valientes a nuestros jóvenes adolescentes que los llevaron a una prueba para la cual nunca estuvieron preparados  y hoy son mostrados como escarnio público del sistema de enseñanza que se sigue.

                En este orden de ideas, veamos qué son las llamadas, Pruebas PISA,  por su nombre en inglés (Program international students  assessment) es un Programa de evaluación internacional de estudiantes de la OCDEC, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, integrada actualmente por 34 países miembros y a la cual aspira ingresar el país y el cual se encuentra en estudio desde el año 2013. Para el proceso de aceptación el  principal requisito es que el país aspirante  liberalice progresivamente los movimientos de capitales y de servicios,  entre ellos, ofrecer una educación de alto nivel de calidad para que su población se pueda insertar productivamente en la economía global  de este siglo. Así que es notorio, como de 34 países miembros, solo 18 participaron en el 2012 de la prueba PISA que se realiza cada tres años con énfasis en una temática previamente definida, la cual incluyó a Colombia, como país aspirante a ser miembro en el año  2009 y nuevamente en el año 2012. Por supuesto en ambas ocasiones los resultados han sido los mismos, ha ocupado los últimos lugares.    

                Los costos para participar en la prueba PISA son de  182.000 euros, pagaderos desde 2013  hasta el 2015 en 4 cuotas  anuales de 45.000 euros ($ 115.115.000, CIENTO QUINCE MILLONES, CIENTO QUINCE MIL PESOS); ese es el valor de los derechos para poder participar en la prueba (Ver OEDEC, requisitos y arreglos para participar en PISA,2013)  considero que   tal decisión ha sido como botar a la basura 460 millones, cuatro  cientos sesenta mil pesos  en total más las otras exigencias que contempla el programa, como la reproducción en físico  de las pruebas, el nombramiento de un Gerente del programa, transportar las pruebas, asistir a 5 encuentros internacionales, obligatorios de preparación, contratar la  logística de aplicación, es decir, conociendo las argucias de la contratación oficial, se  necesitan por lo menos, otros 400 millones para llegar a cabo dicho programa, cuando los resultados eran los esperados, porque nuestros jóvenes no están preparados para  ser exitosos en responder este tipo de pruebas, de acuerdo como lo ha reconocido  reiteradamente, la Ministra de Educación Nacional.        

                La pregunta y sugerencia lógica y sensata es por qué no ordenar la casa por dentro, ejercitar a nuestros  estudiantes, través de la prueba saber nacional  con un modelo y enfoque similar  al utilizado por  la prueba estandarizada PISA;   invertir realmente en educación, ciencia, innovación  y  desarrollo  y en el próximo quinquenio,  preparados ya, por única vez presentar las pruebas, sin que ello signifique que  tener un  sistema  educativo exitoso y competitivo es  porque los estudiantes, ahora si puedan sacar puntajes parecido a los de Finlandia o los de Shanghái.   Ese sólo es  un indicador nada más, la verdadera calidad de la educación se debe visualizar  por  la capacidad de sus gentes para generar desarrollo humano sustentable, expresado en equidad económica, social y cultural,  democracia real, convivencia pacífica  y   protección del ambiente y uso inteligente del conocimiento, entre otros.       

                En consecuencia, la relación de costo-beneficio de las pasadas pruebas, que en  términos de al detal sería de casi ocho  millones de pesos por cada estudiantes aproximadamente, análisis elemental de una buena educación financiera,  si calculamos que todo el programa cuesta en total 460 millones por los derechos de la OCDEC y otros $ 400 millones para su implementación, esto  no solo es un absurdo categórico  sino un verdadero escándolo de contratación al cual nadie se ha referido y  no  por los resultados de los estudiantes, quienes fueron víctimas inocentes de un jugoso negocio internacional, como ya se había denunciado en Chile,  en  la conocida obra, Evaluar las evaluaciones: una mirada política acerca de  las evaluaciones de  la calidad educativa (UNESCO 2003) si no por la forma tan improvisada como se viene realizando  dicha participación, a pesar que la OECED, ofrece materiales y suficiente información para que se preparen los estudiantes, guiados por sus profesores. Sabemos que el Ministerio de Educación carece de respuestas adecuadas para este reto de capacitación de docentes y mucho más palpable para realizar las reformas que el actual sistema educativo demanda.       

                Finalmente, las pruebas PISA, no deben concebirse como una meta de ningún sistema educativo, hay que entenderlas como un instrumento altamente estandarizado que mide un tipo de habilidades que deben ser garantía para que los niños y jóvenes sean ciudadanos aptos para entender la sociedad actual, utilizar el conocimiento y ser  capaces de buscar soluciones creativas a los problemas de una sociedad totalmente globalizada como la que estamos viviendo.